María Crisóstomo, creadora de Crisálida

Crisálida, una marca inspirada en el arte, la mujer y la naturaleza.

Hablemos de ti, ¿A qué te dedicabas antes de emprender?.

«Hice Bellas Artes y durante esos años de carrera y algunos después llevé a cabo varios proyectos, por ejemplo, fui la creadora y coordinadora de la iniciativa Galería Urbana Salamanca, una galería a pie de calle utilizando garajes como lienzo para jóvenes artistas, desde 2013 a 2016.

También he sido la creadora y organizadora de otras iniciativas como una feria en Salamanca llamada Salamarket que hacíamos en varios museos de la ciudad y en los que reuníamos a diseñadores y a marcas creativas.

Durante los años de carrera también participé en varias exposiciones en Salamanca, Gijón y Córdoba, y me dediqué sobre todo a crear mucho y a experimentar para ver que me gustaba.»

¿Qué te llevó a emprender?

«Yo creo que siempre lo he tenido ahí, porque tenía ganas de hacer muchas cosas, por ejemplo; con la Galería Urbana lo que queríamos era mostrar lo que hacíamos en una época en la que nuestra ciudad no nos daba oportunidades, así que creamos un lugar donde los jóvenes pudiéramos mostrar nuestro trabajo. Hoy en día gracias a esta iniciativa se ha convertido en el barrio alternativo y de moda de la ciudad, además esta iniciativa ha contribuido al resurgimiento económico del barrio donde se hizo.

En cuanto a mi marca la cree para tener algo en lo que pudiera hacer todo lo que me gustaba. Me gustaba mucho el diseño, la moda, el arte, la fotografía, y la ilustración. Hoy tengo una marca de moda en la que diseño, hablo de arte y artistas a través mis prendas, hago fotografías para mostrarlas y explico el significado a través de una postal en la que va una ilustración. Además, en cuanto empecé a descubrir el mundo de la moda ética supe que era mi lugar, intentar siempre hacer las cosas lo mejor posible y aportar mi pequeño granito de arena al mundo.»

Ilustración de María Crisóstomo

¿Cuál es el origen del nombre de tu marca?

«Crisálida nació a través de una crisis, una crisis creativa en la que tenía muchas ganas de hacer cosas, pero no sabía como llevarlas a cabo. Me puse este nombre porque sabía que tenía mucho dentro pero no sabía como iba a transformarse. Poco a poco se ha ido transformando en lo que es hoy en día. Y dentro de poco esta Crisálida pegará otra transformación dentro de la marca, pero ya os hablaré de eso más adelante.»

¿Qué valores quieres transmitir?

«Respecto a los valores que deseo transmitir, cito mi manifiesto, basado en los principios del buen diseño de uno de los grandes diseñadores de la historia: Dieter Rams:

Un buen diseño tiene que ser:

–Innovador, para cualquier empresa que quiera avanzar y mirar hacia el futuro.
–Útil, quiero que las compras que hagas en la web sean conscientes y pensadas, que nuestro productos se usen y tengan una larga vida. No queremos prendas abandonadas en el armario, queremos que te la pongas, que la disfrutes, y que forme parte de tu vida y de tu historia.
–Estético, un buen producto tiene que ser bello, te tiene que hacer sentir bien. Como decía William Morris: “No tengas nada en tu casa que no sepas que es útil o que no consideres bello”.
–Comprensible, para entender nuestras prendas solo te basta con mirar, te empoderan, están llenas de libertad, de valores, de belleza.
–Sencillo, que llame la atención no está reñido con la sencillez, la elegancia sin renunciar a la modernidad.
–Honesto, la honestidad como bandera. La humildad en todo lo que hacemos. Valorando a todas las personas que forman parte del proceso de la marca, fabricantes y proveedores, colaboradores y clientes.
–Atemporal, la atemporalidad como la mejor opción, fuera de tendencias. Porque el buen diseño es para toda la vida.
–Valorando los detalles, cada detalle es importante y marca la diferencia. Nunca hay que dejar nada al azar, cada parte del diseño cuenta y lo hace más especial. Desde las etiquetas hasta como te llega a casa.
–Sostenible, porque el buen diseño respeta el medioambiente, por eso calidad, respeto, y ética ante todo. Las personas como prioridad, el valor de la tradición y de la artesanía, las personas que trabajan con las manos pero sobre todo con el corazón.
–Menos pero mejor, del menos es más al menos pero mejor, menos pero de más calidad.»

¿Cómo ha sido tu experiencia como emprendedora?

«La crisis creativa de la que os hablaba fue aproximadamente en Febrero o Marzo de 2015, no fue ahí cuando nació la marca como tal, pero sí Crisálida y todo lo que estaba por venir. Aunque ahí no creé el proyecto profesional que es hoy, si que nació un poco todo; al principio solo colgaba estampados, dibujos y cosas creativas que hacía, sin saber donde me llevaría y poco a poco fue evolucionando a lo que es hoy.

El camino ha sido bonito y a la vez duro, porque emprender es lanzarse a una piscina en la que no sabes si vas a poder nadar, porque no conoces nada, no sabes si va a salir bien,  pero las fuerzas y las ganas me han llevado a no parar de trabajar y de luchar a cada paso que daba, y hoy estoy muy feliz de ver todo lo que he creado y conseguido en estos años».

Ilustración de María Crisóstomo